Sana a toda la familia: ¿cómo cambiar los hábitos de alimentación?

Más comida real, menos procesados y cero ultraprocesados. Así es la ecuación para sanarte y cambiar tus hábitos, a través de lo que pones en tu plato.

Lunes, 1:50 p.m. Estás frente a la computadora terminando ese informe importante, sin tiempo para preparar o pedir almuerzo. Te consuelas pensando que tu hijo ya comió en el colegio y tu esposo consigue "algo rápido" cerca de la oficina. Mientras, comes lo primero que encuentras, sin pausas ni siquiera para un vaso de agua. Al final del día, cansados y hambrientos, tu familia y tú se refugian en la cama comiendo ‘lo que sea’.

Este escenario parece familiar, ¿verdad? luego te preguntas por qué las comidas rápidas te están pasando factura: malestares estomacales, alergias, fatiga. Pero, ¿te has detenido a pensar que la solución está en tus manos? Lo que pones en tu plato tiene el poder de sanar.

Nuestro director científico, el Doctor Carlos Jaramillo, nos recuerda que el camino hacia una mejor salud comienza con un cambio de hábitos alimenticios, respaldado por la ciencia. ¿Estás listo para transformar tu bienestar?

¡Sigue leyendo y descubre cómo lograrlo!

Con las nuevas dinámicas de trabajo, muchas veces comer se ha reducido a simplemente "llenarse" con lo que sea más rápido y fácil. Como menciona el Doctor Carlos Jaramillo, "comemos cualquier cosa para evitar sentirnos mal", sin ser conscientes de lo que realmente estamos dando a nuestro cuerpo. Por eso, es fundamental recuperar la importancia de la comida, no solo como un acto para saciar el hambre, sino como una forma de nutrir el cuerpo con alimentos de calidad desde su misma elección.

Para ello no sólo los estudios son numerosos; las herramientas para hacer buenas elecciones en la mesa se multiplican y son cada vez más prácticas. Una de las más recientes fue desarrollada por el cardiólogo y profesor de medicina de la Universidad de Tufts, Boston (Estados Unidos) Dariush Mozaffarian. 

Se trata de Food Compass, un software que clasifica un alimento según su beneficio para la salud, basándose en un completo análisis de su impacto en enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y obesidad.

¿Cómo llevar un estilo de vida saludable en la familia?

Llevar un estilo de vida saludable en familia implica promover hábitos que beneficien tanto el bienestar físico como el mental de cada miembro. Un enfoque clave es adoptar una alimentación familiar saludable que incluya alimentos frescos y mínimamente procesados, ricos en nutrientes esenciales. Los estudios demuestran que las familias que cocinan y comen juntas tienden a consumir más frutas, verduras y alimentos saludables, lo que mejora la salud en general y refuerza los lazos familiares.

Además, la actividad física es fundamental. Crear rutinas donde todos participen, como caminatas familiares, deportes o actividades al aire libre, fomenta no solo la salud física, sino también el fortalecimiento emocional entre los miembros. Según la Organización Mundial de la Salud, realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana reduce significativamente el riesgo de enfermedades crónicas.

Por último, establecer horarios de sueño regulares, limitar el tiempo de pantalla y practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación o la respiración profunda, contribuye a un ambiente saludable. Cuando todos los miembros de la familia están involucrados en este estilo de vida, se crea un entorno positivo que promueve el bienestar y la salud a largo plazo.

¿Cómo influye la familia en los hábitos saludables?

Los hábitos alimenticios de la familia juegan un papel crucial en el bienestar general. Los adultos, especialmente los padres, influyen directamente en las elecciones de comida de sus hijos. Si constantemente elegimos opciones rápidas y poco saludables, es probable que nuestros hijos hagan lo mismo. Sin embargo, cuando optamos por alimentos reales, sin procesar y cocinamos en casa, estamos dando el ejemplo y fomentando una relación positiva con la comida.

Por ejemplo, si los padres se aseguran de que haya frutas y verduras frescas siempre a la mano, los niños tendrán más posibilidades de elegir estos alimentos en lugar de opciones ultraprocesadas. 

¿Cuáles son los buenos hábitos en la familia?

Luego de ser conscientes del acto de comer, es clave seguir con la transformación de hábitos alimenticios aprendiendo a discernir sobre el tipo de información que le das a tu organismo; para ello, vale la pena seguir algunos Savvyos consejos basados en la evidencia científica recolectada por nuestro nuestro director científico:

Planificar las comidas juntos:

Tomarse un tiempo cada semana para planificar las comidas en familia asegura una dieta equilibrada y saludable. Esto permite incluir más alimentos reales como frutas, verduras, carnes y legumbres.

Cocinar en casa:

Preparar las comidas en casa con ingredientes frescos y naturales es una forma efectiva de evitar los ultraprocesados. Involucrar a los hijos en la cocina no solo los hace sentir parte del proceso, sino que también les enseña hábitos saludables para el futuro.

Comer juntos en la mesa: Establecer horarios para comer en familia, sin distracciones como la televisión o los teléfonos, permite disfrutar de las comidas con más conciencia y fomenta mejores elecciones alimenticias.

Elegir comida real:

Optar por alimentos en su estado más natural, sin etiquetas ni empaques. Las carnes, frutas, vegetales, aceites prensados en frío y legumbres son excelentes opciones. Evita los ultraprocesados, que suelen estar llenos de conservantes y colorantes artificiales.

“La que nos da la naturaleza en su forma animal o vegetal”, explica nuestro director científico quien indica que el porcentaje de su consumo debe alcanzar el 85 % de la ingesta total de alimentos.

Aquí cabe la comida con mínimo procesamiento, pero nunca verás los ultraprocesados.

¿Cómo la identificas? Tiene cero conservantes, disolventes, colorantes, saborizantes y demás sustancias artificiales. Revisa que lo que comes estuvo vivo y que su proceso de transformación fue sin químicos ni con semillas industriales (en el caso del ganado y los animales). 

Rescatar recetas familiares:

Recuerda las comidas caseras que preparaban los abuelos o padres, con ingredientes frescos y mínimamente procesados. Estas recetas tradicionales son una excelente forma de mantener una alimentación saludable.

Eliminar lo que no es comida:

Despeja tu despensa de productos ultraprocesados y deja solo aquellos de mínimo procesamiento, como especias naturales o alimentos que necesiten cocción, pero no contengan químicos añadidos.

Bonus:

Recuerda que el poder está en tus manos y que, para hacer cambios reales en tus hábitos alimenticios, nunca debes dejar de preguntarte ¿para qué comes? ¿Para llenarte?, ¿para sanar? o ¿para darle información a tu cuerpo? Tienes las herramientas. ¡Es tu turno de tomar Savvyas decisiones!