Que tu cabeza no sea otro "dolor de cabeza"

Aunque se trata de la enfermedad neurológica con mayores índices de prevalencia e incapacidad entre los adolescentes y las personas de 50 años, no quiere decir que se trate de una situación normal. Por ello, es importante que te apropies de tu salud y de tu sanación; y ello comienza con la identificación de los detonantes de TU dolor de cabeza para que tomes savvyas decisiones a la hora de combatir y, sobre todo, prevenir y dejar de normalizar un dolor que afecta, sobre todo, a las mujeres de todo el mundo.

Si bien las hormonas puede que no jueguen a tu favor y les atribuyas tus ‘típicos’ dolores de cabeza al inicio, al final del mes e inclusive, a cada semana y día de tu ciclo menstrual, queremos contarte que no todas tus cefaleas o migrañas son tan ‘típicas’, ni normales. Mas si tienes en cuenta que estas afectan a más de la mitad de la población mundial, incluyendo hombres y niños. 

Así lo demostró, el año pasado, un equipo de expertos del Departamento de Neuromedicina y Ciencias del Movimiento de la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología, quienes en su estudio titulado The global prevalence of headache: an update with analysis of the influences  of methological factors, revisaron más de 350 estudios publicados entre 1961 y 2020 sobre la prevalencia actual de los dolores de cabeza en la población mundial, concluyendo que estos afectan al 52 % de la población mundial (la mitad de habitantes del planeta ha sufrido, al menos un trastorno de cefalea al año) y que el 4,6% lo padece durante 15 días (o más)  al mes, por lo cual, se trata de la afección neurológica más incapacitante. 

De ahí la importancia de abordar TU ‘típico dolorcito de cabeza’ a con-ciencia y no solo por ti, sino también por tu familia, tus jefes y compañeros de trabajo pues, además de acarrearle a tu empresa pérdidas financieras y retrasos en el desarrollo laboral —debido a tu ausencia por incapacidad— tu bienestar físico, tu rendimiento y tu salud mental se verán altamente afectados.

Más de la mitad de personas entre 20 y 65 años del planeta padecen dolores de cabeza anuales, siendo estos más frecuentes en las mujeres que en los hombres —mientras las migrañas afectan al 17% de ellas, estas se presentan en un 8,6% de ellos. Asimismo, los dolores de cabeza durante 15 o más días al mes afectan al 6% de las mujeres, frente al 2,9 % de los hombres. 

 

Cuando la cabeza pesa

Ya en 2016 la Organización Mundial de la Salud, OMS, señalaba que la cefalea y la migraña afectaban a casi el 50 por ciento de la población mundial. Para ello, se basó en la actualización del Estudio de la Carga Mundial de Morbilidad —que fue realizada y publicada desde 2013 por la publicación médica The Lancet—, en donde también se alertó sobre la migraña como la sexta causa mundial de los años perdidos por discapacidad, mientras que las cefaleas fueron la tercera.

Desde entonces, las cefaleas por tensión (los dolores de cabeza ‘convencionales’ que, seguramente, has experimentado al menos una vez cada año) y las migrañas empezaron a ser el dolor de cabeza de la comunidad médica y científica, y una inquietud para la salud pública, al ser la segunda y la tercera enfermedad, respectivamente, más prevalentes en el planeta —sin distinguir entre sus causas que, como leerás más abajo, pueden ser neurológicas, psicológicas e inclusive orofaciales— así como las que generan mayores cargas económicas y sociales por los problemas que acarrean en las edades productivas en las que se presentan  (entre la adolescencia y la edad de jubilación) tales como las ausencias, las horas de trabajo perdidas y la reducción drástica de la productividad tanto en la oficina, como en el colegio.

Anualmente, el sistema de salud británico reporta al dolor de cabeza como uno de los motivos principales de consulta; una tercera parte de las visitas al neurólogo corresponden a esta afección que, en todo el país cobra cerca de 25 millones de días de trabajo o de escuela al año. 

Otra carga que imponen las cefaleas y las migrañas sobre tus hombros son de tipo personal, familiar y social pues al ser dolores frecuentes pueden sembrarte cierto temor en torno al próximo episodio; asimismo, al ser enfermedades crónicas podrían incrementar tu predisposición a la depresión y la ansiedad, trastornos mentales que “son significativamente más frecuentes en las personas aquejadas de migraña que en las sanas”, puntualiza la OMS, entidad que desde 2004 y en asocio con la organización no gubernamental Lifting The Burden, ha incentivado la Campaña Mundial contra las Cefaleas,  para crear conciencia y educar a los mismos pacientes —quienes, como leerás a continuación, no han apropiado su salud y, en consecuencia, tampoco reconocen a estas afecciones como enfermedades recurrentes e incapacitantes que requieren un abordaje consciente de la mano de la ciencia y la medicina— en torno al problema y a las alternativas para mejorar la calidad y el acceso a la asistencia.

Posteriormente, en 2011, de nuevo la OMS encendió las alarmas sobre esta enfermedad al publicar el Atlas of headache disorders and resources in the world 2011, donde se describen la carga que imponen las cefaleas y los recursos con que se cuenta para disminuirla; pero pese a todas estas iniciativas formativas, aún quedan muchos pacientes sin atención eficaz (las cifras de los sistemas de salud estadounidenses y del Reino Unido aseguran que solo la mitad de las personas diagnosticadas con migraña han consultado al especialista, al respecto durante el último año y que dos terceras partes han recibido el tratamiento correcto, al depender de la automedicación de analgésicos de venta libre. 

Según expertos de la Universidad de Noruega, las cifras de la prevalencia de los dolores cabeza en los numerosos estudios realizados al respecto entre 1961 y 2020 no han crecido solas; con ellas, también lo han hecho las cargas socieconómicas para las familias, las empresas, los entes educativos, los gobiernos y los sistemas de salud. 

 

No son exclusivos de los adultos

Cada vez son más los jóvenes y adolescentes que padecen estos problemas a causa de los desórdenes temporomandibulares (como el bruxismo) que a su vez, son consecuencia de otra situación igualmente, crítica: el bullying. Así lo explica la odontóloga y especialista en dolor orofacial, disfunción de la Articulación Temporomandibular (ATM) y trastornos del sueño, Patricia Schiemann: “Quiero llamar la atención sobre bullying como detonante de condiciones como los dolores de cabeza y el bruxismo en los niños. Es increíble que esté produciendo tantos problemas en las articulaciones de niños y adolescentes, quienes empiezan a estresarse y a manifestar estas presiones mediante comportamientos musculares y articulares de la ATM (unión del temporal craneal y la mandíbula) que no son normales, como el bruxismo”, condición que es un reflejo del estrés mental.

No obstante los padres de familia llevan a sus hijos a consulta para evitar que ellos dejen de desgastar sus dientes a causa del rozamiento involuntario de los mismos, con el tratamiento (que debe involucrar al odontólogo y, sobre todo al psicólogo, al otorrino y al fisioterapeuta) se dan cuenta de que las implicaciones de este apretamiento  nocturno va más allá de su parte estética.

Esto empieza a producir molestias y los papás, a pesar de que lo llevan a consulta porque el niño está bruxando o porque aprieta los dientes de noche y presenta dolores de cabeza y migrañas con frecuencia; pero ellos no se han puesto a pensar cuál es realmente el problema de base de su hijo: no puede dormir adecuadamente y cae en episodios de apnea—no puede respirar bien, aturde a sus familias y tampoco logra descansar ni recuperarse mientras duerme y sienten una gran incomodidad al dormir la—   y, por ende, hace un partimiento dental por el matoneo del cual es víctima en el colegio”, agrega Schiemann.

 

Causas del dolor de cabeza

1. Vasculares

Puede ser que tu cefalea crónica o tu migraña se deba a las tensiones que acumulas, a nivel muscular, a lo largo de varios días. Pero también estas disfunciones neurológicas encuentran una causa muy frecuente en ciertos episodios vasculares. “Por ejemplo, tus arterias están teniendo alteraciones en su contracción y dilatación; estas pueden generar muchos dolores de cabeza”, explica el autor de El milagro antiestrés, El milagro metabólico y COMO, el doctor Carlos Jaramillo.

 

2. Estrés

¿Qué el estrés es necesario? ¡Sí! Tu cuerpo debe aprender a adaptarse y responder a las situaciones que le exigen para garantizar su supervivencia y su mejora (recuerda que el estrés no solo es mental; inclusive tu sesión de entrenamiento del día es una situación estresante para tu organismo) mediante procesos naturales como la producción de hormonas desde tus pensamientos y emociones, fabricando proteínas que van a estimular la producción de cortisol y adrenalina (hormonas ‘del estrés’ y de respuesta a las situaciones de huida) y que, en últimas, aumentarán tu presión arterial y te llevarán a realizar todas las respuestas neuroendocrinas, neurocardíacas y neuroinmunológicas necesarias para resistir y responder al estrés.

El problema surge cuando tu organismo pierde esa capacidad o sale de control a la hora de producir dichas hormonas y, por ende, activar y apagar cada sistema involucrado en ello. “Es como cuando tengo un vehículo que está hecho para cuatro pasajeros; pero hoy le pongo seis pasajeros, mañana otros seis y al otro día, seis nuevos pasajeros, y así sucesivamente. Puede que, al comienzo aguante, pero llegará un día en el cual se le dañarán los amortiguadores, la suspensión, los rodamientos… todo, porque ese vehículo no está hecho para esas cargas. Así pasa con nuestro cuerpo”, explica nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo quien además señala a nuestros hábitos poco conscientes, como el wifi, el tabaqusimo,  la radiación, el alcohol, el consumo de azúcar y harinas refinadas, el trasnocho, el exceso laboral y el acelerado ritmo de vida moderno, como agentes de sobrecarga de estrés.

Y por ello, es vital aprender a identificar cuándo el estrés se hace una gran carga para nuestro cuerpo y cuándo se está empezando a salir de control. “El sistema de adaptación al estrés estará todo el tiempo prendido y prendido, produciendo adrenalina y cortisol, pero nunca entrará en estados de reparación o desintoxicación (los cuales ocurren en las noches, mientras duermes); y de manera especial, no hará su desintoxicación hepática es decir, no hará una buena eliminación de sustancias tóxicas que podrán desarrollar dolores de cabeza. Por ello, la cefalea o la migraña son consideradas manifestaciones del estrés. 

Con nuestros malos hábitos podemos hacerle mucho daño a nuestro cuerpo. Lo más importante es que identifiques como el estrés se manifiesta en tu vida y que le enseñes a tu cuerpo a ir vaciando el vaso de vez en vez y no esperar a que el estrés lo rebase a punta de dolores de cabeza que, como sabes, no son normales.

 

3. Desórdenes temporomandibulares

En otras palabras: bruxismo —aunque no lo creas, tus dientes pueden estar muy relacionados con el dolor de cabeza con el cual te levantas cada mañana—, como la alteración más frecuente en el comportamiento muscular de la Articulación Temporomandibular (ATM) o aquella bisagra que conecta a la base del cráneo con la mandíbula, y que se ha señalado como una manifestación del estrés. 

Así lo explica nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo: “En situaciones de estrés emocional o físico, en las cuales experimento un estado de alta excitación, el cuerpo hace que muchas personas realicen contracciones involuntarias de la mandíbula, del musculo de la masticación, lo que conocemos como bruxismo (puede ser de día o de noche) y esta tensión genera una contracción del músculo que une a la mandíbula con el cráneo para masticar y esta  contracción hace que, con facilidad y frecuencia muchas personas tengan dolores de cabeza”.

A pesar de que el método más común (y el que se ha puesto ‘de moda’) para corregir esta disfunción sea la tan sonada placa miorrelajante, la solución va más allá de una consulta al odontólogo y, como sugiere la medicina funcional, la más savvya decisión será ir a la raíz del dolor de cabeza ocasionado por el bruxismo.

“No se trata de que una persona bruxe sino que empieza a tener trastornos del sueño por las presiones laborales, porque inicia una nueva etapa o por seguir el ritmo frenético de la sociedad moderna. El bruxismo es solo un síntoma de una patología mayor que se produce como consecuencia de la alteración del sueño o del ciclo circadiano”, añade la experta en dolor orofacial, disfunción de la Articulación Temporomandibular (ATM) y trastornos del sueño, Patricia Schiemann.

De ahí que una buena sugerencia para que abordes tus dolores de cabeza asociados a los desórdenes de la ATP sea un manejo multidisciplinar pues, actualmente, los expertos en esta área no hablan de corregir posiciones de los dientes, sino de comprender la relación íntima entre los desórdenes temporomandibulares y los problemas psicológicos, nutricionales, ambientales y espirituales. 

“Durante la pandemia hubo clínicas que solo atendían estos casos —que, vale la pena anotar, incrementaron sustancialmente durante el confinamiento precisamente por el estrés de la incertidumbre, del encierro y el cambio de hábitos— con psicología para abordar el mal dormir; y estos pacientes que transformaron sus hábitos poco equilibrados adquiridos durante los años de resguardo en casa, tuvieron mejores resultados de los que trataron de controlar sus dolores mediante la placa”, puntualiza Schiemann. 

En las mujeres, el estrés  se localiza en la musculatura y las articulaciones,  sobre todo en los días fértiles del ciclo menstrual, debido al incremento en la producción de estrógenos. Y en la región temporomandibular, esta hiperproducción hormonal resulta más dolorosa.


Pierde el dolor, ¡no tu cabeza!

Luego de identificar las causas de tus dolores de cabeza, la más savvya decisión será apropiar tu disfunción, abordándola desde la raíz. Te sorprenderá saber que en esta nueva fase de tu propia sanación, te sugerimos tres métodos naturales para que tomes con-ciencia de tu enfermedad:

1. Consume magnesio.

Este mineral (que encuentras en los vegetales de color verde intenso, en las pepas de calabaza, etc.) tiene más de 350 funciones descritas e investigadas por la ciencia, entre las cuales se encuentran:

  • Es un relajante muscular y del sistema nervioso; se considera casi un antidepresivo natural.

  •  Sirve para regular los movimientos intestinales.

  • Combate, evita y reduce la frecuencia e intensidad de las cefaleas y las migrañas. 

  • Fortalece tu sistema nervioso y optimiza el funcionamiento de los nervios para cumplir diferentes funciones y producir energía en el cuerpo. De ahí que, como indica el médico funcional, el doctor Carlos Jaramillo, “es clave para las personas con fibromialgias y fatigas, en quienes las células requieren mejorar sus niveles de energía y cumplir ciertas funciones específicas de reparación, en las que el magnesio puede servir como fuente directa coadyuvante en el cumplimiento de dichas funciones”.

  • Interfiere de manera positiva en la relajación no solo muscular sino también de los vasos sanguíneos en el cerebro y también con la relajación de los músculos de la mandíbula y del cuello.

Si padeces espasmos musculares, tics en los ojos, olvidas las cosas, tienes problemas para conciliar el sueño o te despiertas durante la noche, pueden ser señales de una deficiencia de magnesio en tu organismo. 


Hoy nos concentraremos en un único beneficio, de los cientos que tiene el magnesio: servir de aliado contra el dolor de cabeza, cualidad que ha sido estudiada y, por tal motivo, no se trata de magia ni de un truco del mercadeo. 

Ya desde los años noventa, la comunidad médica y científica se interesó en demostrar que este mineral es un tratamiento natural efectivo para la prevención de estas enfermedades neurológicas, inclusive de las que son ocasionadas por causas hormonales durante el periodo menstrual.

Así lo corroboraron, en 1991, Fabio Facchinetti, Grazia Sances, Paola Borella, Andrea R. Genazzani y Giuseppe Nappi, del Centro Universitario para Desórdenes Adaptativos y Dolor de Cabeza, del Departamento de Obstetricia y Ginecología, del Instituto de Higiene de la Universidad de Modena, del Departamento de Neurología de la Fundación C. Mondino y de la Universidad de Pavia, Italia, en su estudio Magnesium prophylaxis of menstrual migraine: effects on intracellular magnesium (y que puedes leer aquí).

Posteriormente, en 1996, expertos alemanes del Departamento de Neurología y Neurofisiología Clínica de la Clínica Munich-Harlaching en su análisis Prophylaxis of migraine with oral magnesium observaron durante 12 semanas a 81 personas con migrañas recurrentes; una parte de la muestra fue suplementada con 600 mg de magnesio y la otra parte recibió un placebo. A lo largo de las últimas tres semanas de observación, en el grupo suplementado, la frecuencia de migrañas redujo en 41.6 por ciento; mientras que la reducción fue de apenas 15.8 por ciento en las personas a quienes le fue suministrado un placebo y los únicos efectos secundarios observados fueron diarrea (18.6%) e irritación digestiva (4.76%).

Para saber si tienes deficiencia de magnesio, la mejor manera es apropiar tu tratamiento. Ten en cuenta que la dosis diaria necesaria de este mineral debe superar los 300 mg y esta la adquieres mediante el alimento y los suplementos; entonces ¿qué hacer? comer alimentos ricos en magnesio y buscar tu fuente alterna. Luego, podrás evaluar cómo está tu estrés, cómo estás durmiendo, cómo están tus tensiones musculares y cómo están tus dolores de cabeza. 

De ahí, la importancia de tener en cuenta algunas recomendaciones que respecto al consumo y la suplementación de este mineral, nos comparte nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo: 

  • Comprender que el magnesio en sangre no tiene que ver con la cantidad de magnesio intracelular, que es el que nos indica si existe, o no, deficiencia de este mineral y si tu dolor de cabeza está, efectivamente relacionado con niveles bajos de magnesio. Por tal motivo, si quieres saber si estás listo para suplementarte con nuestro poderoso Savvy Great Day®, “lo mejor que puedes hacer es identificar síntomas —como el dolor de cabeza— y ver si al empezar a tomar magnesio notas mejoría”.

  • Reducir y evitar el consumo de alimentos y sustancias que puedan empeorar la pérdida de magnesio, como el azúcar, el café en en exceso y el alcohol. 

  • Buscar una fuente de magnesio a manera de suplemento. Pero recuerda que su función dependerá de la sal con la que venga acompañado. “Antes, a uno le daban sulfato de magnesio (leche de magnesia) que ayuda a que el intestino se mueva, haciendo un barrido y facilitando la deposición; pero lo que se asimila es muy poco pues todo el magnesio de dicha sustancia se usaba para provocar la diarrea” explica el autor de El milagro metábolico, El milagro antiestrés y COMO.  Y lo que queremos es que no se elimine sino que ayude a cumplir diferentes funciones en el cuerpo —en nuestro caso, reducir la frecuencia e intensidad del dolor de cabeza—. Por ello, nuestro director científico, el médico funcional Carlos Jaramillo, sugiere evitar el consumo de suplementos  de óxido o sulfato de magnesio pues tienen mucha acción sobre el intestino, siendo las mejores fuentes el citrato o el glicinato de magnesio  (la más común y de mejor asimilación  es el citrato de magnesio), como nuestras deliciosas, seguras y versátiles limonadas de coco, rosada y limón con jengibre Savvy Great Day®. 

  • Suplementar con seguridad. Un interrogante habitual, a la hora de consumir magnesio mediante el alimento y los suplementos es ¿puedo llegar a sobredosis? La respuesta es NO, pues como siempre te lo decimos, cada proceso es propio e individual y así como hay personas que pueden necesitar solo 300 mg diarios de magnesio, hay otras que inclusive, requieren 500 mg o 600 mg —o más—, pero la clave para saber si estás excediendo tus requerimientos propios será a través de tus deposiciones. 

Si empiezas con una dosis de 200mg y no notas un cambio en tus síntomas, por ejemplo, si no reduce la frecuencia de tus dolores de cabeza, debes cambiar a 300 mg o 500 mg; si hay buena deposición (blanda y no diarrea) con 500 mg será suficiente pues si llegas a diarrea, el cuerpo tiende a eliminar el exceso de magnesio a nivel intestinal. 

“No debe haber miedo de sobrepasar la dosis, no hay que asustarse por consumir mucho magnesio —agrega nuestro director científico, el doctor Carlos Jaramillo—. Si no estoy bajo supervisión médica, pero quiero ver los beneficios tan sonados del magnesio para el tratamiento del dolor de cabeza y la migraña (e inclusive, con la longevidad) entonces puedo decir: ‘quiero empezar a buscar y a tomar magnesio’, luego, incluir alimentos ricos en magnesio y empezar a suplementar y mis síntomas intestinales me indicarán la dosis. Recuerda que hay días que podrás consumir más o menos. Puedes consumirlo de forma crónica y sin efectos negativos evidenciados”.

Si decides suplementar tu dosis diaria de magnesio, lee a con-ciencia el contenido de tu suplemento; si buscas relajación muscular, busca las opciones que asocian sus dosis de este mineral al potasio porque se trata de una dupla infalible a la hora de intervenir en la fisiología muscular y, por ende, en su relajación. 

 

2. Duerme y recupérate

Tus músculos y tu sistema nervioso te lo agradecerán. 

Una clave para ser el dueño tu salud y bienestar es entender qué es el dolor de cabeza o mejor, qué sucede cuando te duele la cabeza. Lo primero que debemos tener claro es que no es el cerebro el que duele; son los músculos de la cabeza, el cuero cabelludo, la cara y el cuello los que duelen, por lo general, debido a tensiones musculares, problemas vasculares o por ambos factores.

De ahí, la importancia de evitar las tensiones que, como te explicamos, pueden ser originadas por sobrecargas físicas y fisiológicas (debidas al bruxismo y a las afecciones de la articulación temporomandibular, ATM, o a movimientos indebidos) o por cuestiones psicológicas atribuidas, en su gran mayoría, al estrés.

Sin embargo, más que darte la píldora para aliviar de forma inmediata la cefalea de turno, te revelamos una buena parte de la solución; y esta es dormir. Tenemos que recordar que dormir hace parte de una parte del sistema neurológico que apaga nuestro cuerpo, haciendo bajar la actividad de diversas funciones (hasta apagarlas) que son las encargadas de mantener al cuerpo alerta. De este modo, tu organismo no solo podrá dormir sino también relajarse, reparar tejidos, regenerar sus células y desintoxicar el hígado, entre otras funciones. Y eso lo hace una parte del sistema neurológico.

Mejorar la transmisión correcta de las señales del sistema nervioso, al trabajar de la mano de los neurotransmisores que regulan la actividad y los estados de alerta del organismo, es una de las principales funciones del magnesio; por ende, se trata de un mineral que promueve la calma y la relajación. 

Nuevamente, ¿sabías que el magnesio también es fundamental para un buen dormir? Estudios recientes aseguran que cuando uno tiene deficiencia de magnesio esta se puede evidenciar si a la persona le cuesta trabajo bien sea quedarse dormido o puede hacer que de pronto no logre recuperarse a pesar de que en la noche logre dormir, pero es un sueño no reparador en el que no hay una buena relajación de los músculos —y cuando hablamos de músculos, recuerda que también entran los 20 de la cara o también llamados, músculos de la expresión facial, que parten de las inserciones craneanas y llegan hasta el cuello y los 25 de las caras anterior, laterales y posterior del cuello—.

Inclusive, en 2021, la médica asociada al Departamento de Medicina de la Universidad Dalhousie, de Canadá, y el doctor Tyler Pitre, de la División de Medicina Interna de la Universidad de McMaster y de la Escuela de Medicina de esta misma universidad canadiense, demostraron en este estudio la eficacia del uso terapéutico (es decir, como parte de un tratamiento de larga duración, sin efectos negativos) de los suplementos de magnesio para combatir el insomnio y mejorar las condiciones al momento de quedar dormido en personas adultas y ancianos —población mayormente afectada por los trastornos del sueño—.

A la hora de combatir el insomnio como causa del dolor de cabeza, una savvya decisión es suplementarte con magnesio ya que este mineral tiene como función la regulación de la melatonina, una hormona asociada al direccionamiento adecuado de los ciclos de sueño y vigilia. Recuerda que si tienes mal descanso, estarás desenfocado, bajará tu rendimiento, tu función cerebral se verá altamente disminuida y el dolor de cabeza no tardará en aparecer.

 

3. Practica yoga facial

Tu cabeza, al igual que todo tu cuerpo, está compuesta por hueso, piel y músculos. Y si a diario activas, fortaleces y estiras tu musculatura corporal en el gimnasio, ¿por qué no haces lo mismo con los músculos de tu cuello, cara y cráneo? Si lo hicieras, muy seguramente te quitarías ‘un dolor de cabeza de encima’.

>Si bien se trata de un método natural de tonificación mundialmente reconocido por sus beneficios estéticos como coadyuvante del rejuvenecimiento (numerosas investigaciones, como la desarrollada por especialistas de la Universidad Northwestern de Illinois, Chicago, liderados por el médico dermatólogo, científico y autor estadounidense Murad Adam  —y que puedes leer aquí— avalan los beneficios de sus métodos al asegurar que dedicar 30 minutos al día al ejercicio de los músculos de la cara, luego de 20 semanas, posibilitará que luzcas más joven), también es recomendado por varios especialistas para tratar de manera natural los dolores de cabeza provocados por tensiones y bruxismo.

“Con yoga facial estimulamos la red nerviosa del rostro. Cuando relajamos los músculos, se relajan nuestras expresiones. Si relajamos las expresiones, evitamos producir tensión muscular y cuando todo esto ocurre, internamente fomentamos el flujo de oxígeno, de sangre y de linfa en el rostro”, escribe la experta y formadora en yoga facial Laura Botero en su libro Yoga facial, tus 15 minutos de well-aging quien además asegura que el éxito de esta técnica milenaria —deriva de los automasajes y ejercicios faciales que realizan las mujeres en China y Corea desde el siglo VII y que inspiraron la gimnasia facial que hace cien años inventó una de las primeras mujeres médicas de la historia, la francesa Nadia Payot— para liberar tensiones en los músculos del cuello, el rostro y la cabeza se debe a su combinación de ejercicios, automasajes, reflexología, respiración y métodos de relajación.

Y es que, son estas técnicas las que, de acuerdo con la odontóloga y experta en disfunciones de los trasntornos de temporomandibulares Claudia Schiemann, las que deben emplearse para lograr un efectivo tratamiento contra el bruxismo.

“La placa miorrelajante se emplea para proteger y corregir la musculatura orofacial durante la fase aguda del paciente; pero debemos quitar el dolor a nivel muscular ayudándonos de técnicas naturales como la fisioterapia, la acupuntura,  la apropiación de la alimentación y el yoga facial. Inclusive la apnea del sueño también mejora su pronóstico cuando se recurre a los ejercicios de yoga facial”.

Los músculos faciales participan en la función vascular y circulatoria del cerebro. Por tal motivo, es clave suministrarles nutrientes, favorecer el trabajo de los nervios que los inervan y estimular la función de los capilares sanguíneos. Y ello se logra mediante los movimientos y ejercicios del yoga facial, método milenario que se convierte en aliado contra los dolores de cabeza ocasionados por tensión, bruxismo y otros desórdenes temporomandibulares como la apnea.